En 2023, el ayuntamiento aprobó 13 cambios de uso de suelo para la construcción de nuevos fraccionamientos
Valentín López
León, Gto. 8 de enero de 2023.- Con la llegada del nuevo año, el crecimiento horizontal de la ciudad seguirá imparable, extendiéndose por tierras de reserva para el crecimiento y de consolidación urbana.
En 2023, el ayuntamiento aprobó 13 cambios de uso de suelo para la construcción de nuevos fraccionamientos.
Sin embargo, la mayor autorización de nuevos desarrollos habitacionales en la ciudad, fue permitida en la última sesión de cabildo del año, el 18 de diciembre, cuando el ayuntamiento aprobó cambiar el uso de suelo de 260 hectáreas para la progresiva construcción de 37 mil viviendas más unas 500 unidades comerciales, industriales, de servicios y destinos, en los predios rústicos El Laurel y Potrero de los Cerritos.
En palabras de la regidora Karol Jared González Márquez, presidenta de la Comisión de Desarrollo Urbano, Ordenamiento Ecológico y Territorial, Implan y Obra Pública, se trata de un megaproyecto habitacional cuya construcción está proyectada para desarrollarse en los próximos 25 o 30 años, que incluye servicios comerciales y de todo tipo para sus habitantes, de acuerdo al cambio de uso de suelo que se concedió al proyecto..
“Son de usos mixtos. Este tipo de usos mixtos, lo único que hace es que precisamente acerques los servicios, tanto la parte habitacional, como la parte comercial, como la parte de recreación, la parte medioambiental: es muy integral el proyecto. Tengo el gusto de conocerlo, y entonces la realidad es que son proyectos muy integradores que lo único que hacen es conformar comunidades y que de esta forma sí puedan ser más sociales la parte de la gente”.
La solicitud de cambio de suelo está suscrita por José Antonio Orozco Arena, representante legal de los copropietarios de los predios hermanos Orozco Arena.
27 hectáreas de las 260 se ubican en una zona de consolidación urbana, y la solicitud es que su uso de suelo se cambie a uno de servicios de intensidad alta.
Las otras 233 hectáreas están ubicadas en una zona de reserva para el crecimiento, y se solicita que se les cambie el uso de suelo a uno habitacional de densidad alta.
La solicitud de asignación de uso de suelo está suscrita el 28 de noviembre, y el dictamen de la comisión está fechado 18 días después, el 15 de diciembre.
En la constancia de factibilidad emitida hace cuatro años por la Dirección General de Desarrollo Urbano, se hace constar que el megadesarrollo inmobiliario se ubica sobre los bulevares José María Morelos, Paseo de los Insurgentes y la carretera León – Lagos de Moreno.
La regidora Jared González Márquez explica los beneficios de que se trate de un macroproyecto a largo plazo.
“Teniendo en cuenta un macroproyecto, nos da oportunidad al municipio tener previsiones. Es muy usual que lo vayan viendo de etapa en etapa, no es que esté incorrecto, pero la realidad es que cuando va de etapa a etapa, no te permite a lo mejor prever ciertas cuestiones de trazas, de movilidad, de medio ambiental o social. Cuando te presentan un proyecto de este calibre lo único que hacen es que te da la oportunidad al municipio de poder observar, de poder saber hacia dónde y qué alcance tiene un proyecto de este calibre”.
Las zonas de consolidación urbana son las que están ubicadas dentro del área urbana y por eso ya tienen infraestructura y servicios para la consolidación y el mejoramiento urbano, ateniéndose a criterios de densificación.
Además, las zonas de reserva para el crecimiento son las que no tienen usos predeterminados y deben ajustarse a las compatibilidades urbanas.
Además, en todos los casos, los cambios de uso de suelo están condicionados al cumplimiento de los requisitos que exige la normatividad para que los desarrollos urbanos puedan ser construidos, como los dictámenes de factibilidad ambiental, de impacto ambiental, de impacto vial y el de factibilidad hídrica otorgado por SAPAL.
Sin embargo, en concepto del activista Ernesto Ramírez García, del colectivo Urbe, detrás de este proyecto inmobiliario podría haber un uso a conveniencia de la normativa para ajustarla a un desarrollo urbano de la ciudad, dirigido por intereses comerciales.
“Eso no es algo que sólo ocurre aquí, ocurre en todo el país: que los desarrolladores, los empresarios que se dedican a la especulación del suelo, a la comercialización del suelo, son los que terminan teniendo mucha libertad de decidir cómo se van haciendo las ciudad, van teniendo la facultad de ir diciendo qué se privatiza, qué no se privatiza, qué se deja para desarrollar a varios años, qué se empieza a desarrollar en cuanto ellos decidan”.
RAGA